Fahrenheit 451

Fahrenheit 451

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Para esta guía, usamos la traducción del sitio Libros de Arena.
Puedes encontrarla aquí.

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En pocas palabras

Imagina un futuro en el que los libros están prohibidos y el pensamiento crítico va contra la ley. Si eres del tipo de persona que aborrece la escuela y las actividades de lectura y reflexión que esta incluye, puede que no te parezca un mal plan.

Sin embargo, a veces las apariencias engañan, Goofus.

Con leer un par de páginas de Fahrenheit 451, te darás cuenta de que este futuro carente de libros no es un festival de la alegría. Cierto, los trabajos sobre libros pueden ser cosas del pasado, pero la vida no sería lo mismo sin Dickens, Tolkien y The Devil Wears Prada. La gente es aburrida, irreflexiva y adicta a la televisión. El gobierno controla a la población con mano de hierro, los plomeros son ahora doctores, y los bomberos ya no apagan incendios, sino que los provocan.

Ray Bradbury escribió esta historia por primera vez como un relato corto llamado "Bright Phoenix" en 1947. Con el tiempo, esa misma historia dio paso a una novela corta titulada The Fireman que, finalmente, en 1953, se convirtió en la novela madura que es hoy. Esta fue la primera gran obra de Bradbury, aunque por aquel tiempo ya se había hecho famoso gracias a sus historias de ciencia ficción, como su colección de relatos The Martian Chronicles escrita en 1950. Estas historias pusieron a Bradbury en el radar, pero Fahrenheit lo encumbró hasta lo más alto de la escena literaria.

¿Y a mí qué?

Para asombro de muchos, Ray Bradbury repitió hasta el cansancio que Fahrenheit 451 NO trataba sobre la censura ejercida por los gobiernos. Según él, la trama gira en torno a la temible posibilidad de que la televisión reemplace a los libros, haciendo que olvidemos cómo pensar por nosotros mismos. En 1951 (dos años antes de la publicación de Fahrenheit), Bradbury escribió en una carta dirigida a su amigo y escritor de ciencia ficción Richard Matheson:

"Radio has contributed to our 'growing lack of attention.' […] This sort of hopscotching existence makes it almost impossible for people, myself included, to sit down and get into a novel again. We have become a short story reading people, or, worse than that, a QUICK reading people." (source)

Fíjate que este comentario tiene más de sesenta años. Piensa qué ha cambiado desde 1951: casi todo. Lo que más parece temer Bradbury es la velocidad que tecnología como la radio o la televisión ofrece. No podemos evitar preguntarnos qué opinaría el autor de nuestro mundo actual, en una época en la que reinan el Internet, los smartphones y los sitios web de redes sociales como Facebook. Podría decirse que sus miedos se hicieron realidad: leemos a la velocidad del rayo.

El periódico The New York Times publicó un artículo en 2008 sobre los riesgos de leer en internet:

"Clearly, reading in print and on the Internet are different. On paper, text has a predetermined beginning, middle and end, where readers focus for a sustained period on one author's vision. On the Internet, readers skate through cyberspace at will and, in effect, compose their own beginnings, middles and ends." (source)

Motoko Rich, escritor del New York Times, nos pide que consideremos los beneficios que aporta el Internet a nuestro cerebro, ya que, en su opinión, dicha tecnología nos sirve para crear nuestros propios "comienzos, medios y finales". ¿Es posible que nos estemos convirtiendo en lectores más creativos, además de ser una "sociedad de lectura RÁPIDA"? ¿Es este el fin de los libros? ¿Debería importarnos que lo sea?

Únete al debate, ¡hazte oír! Y te apostamos lo que quieras a que esto no es más que el principio. Quién sabe qué nuevas tecnologías nos depara el futuro.

Frase Clave

"No todos nacimos libres e iguales, como dice la Constitución, sino todos hechos iguales [...] Un libro es una arma en la casa de al lado. Quémalo. Quita el proyectil del arma, domina la mente del hombre" (página 62, párrafo 1).