Pip

Pip es como un chico que se va a la universidad en la gran ciudad y regresa usando zapatos de diseñador y pensando que es mejor que sus padres porque ellos no saben la diferencia entre vermicelli y bucatini. Es malagradecido, pretencioso, presumido, insatisfecho. Se avergüenza del hombre que lo quiso y lo educó; es cruel con la chica que tiene sentimientos por él; se desvive por alguien que repetidamente insiste que nunca se interesará en él; y tiene un tono condescendiente para con sus amigos.

Pero no podemos evitar que también nos caiga bien.

Pip el niño pequeño

Ves, conocemos a Pip desde que era un niño pequeño maltratado por su hermana. Tenemos estándares mucho más estrictos acerca del abuso infantil estos días, pero incluso en una época donde era común usar el castigo físico, la crianza de Pip es particularmente mala. Él mismo nos lo dice desde su perspectiva de narrador adulto:

My sister's bringing up had made me sensitive. In the little world in which children have their existence whosoever brings them up, there is nothing so finely perceived and so finely felt, as injustice. It may be only small injustice that the child can be exposed to; but the child is small, and its world is small, and its rocking-horse stands as many hands high, according to scale, as a big-boned Irish hunter. (8.95)

Llegamos a conocer a fondo esta perspectiva del niño en los primeros capítulos del libro. Vemos el mundo desde la perspectiva de Pip, como un hombre temeroso (1.4) que lo asecha, o la manera en la que él da vuelta al único botón de su chaleco una y otra vez, cuando escucha que su hermana tiene el Tickler con ella (8). Pero sobre todo, escuchamos que tiene miedo. Parece que Pip pasa toda su vida atemorizado y aterrorizado —de su hermana, del convicto, del supuesto amigo del convicto, e incluso de él mismo, de quien habían arrancado una terrible promesa (61).

Aterrorizado o no, Pip roba la comida y la lima que el convicto le pide —y aquí es donde vemos los pequeños indicios de su personaje que hacen que sigamos sintiendo simpatía hacia él, incluso cuando crece para convertirse en un gran tonto. Puede que Pip esté aterrorizado, pero logra sentir lástima por la desolación del convicto y le pregunta si está disfrutando de su comida (22).

Ese momento de lástima es muy importante. Esa misma lástima hace que ayude a Magwitch años más tarde, y esa misma lástima hace que perdone a Estella y Havisham, y esa misma lástima hace que nosotros, bueno, sintamos lástima por él en lugar de odio.

Pip el insatisfecho

Esto también es verdad: lo que la Señorita Havisham y Estella le hacen a Pip es simplemente cruel. Cuando comienza la historia, él es un niño feliz (tal vez asustado) que espera crecer y trabajar en la forja con Joe. Y luego la Señorita Havisham desciende sobre él como un, bueno, espíritu vengador y lo despoja de su pequeño idilio del pantano:

I had never parted from him before, and what with my feelings and what with soap-suds, I could at first see no stars from the chaise-cart. But they twinkled out one by one, without throwing any light on the questions why on earth I was going to play at Miss Havisham's, and what on earth I was expected to play at. (7.91)

Durante un paseo en carruaje a una hora avanzada de la noche, Pip deja atrás a Joe y a su infancia, y todavía ni siquiera ha conocido a la Señorita Havisham. Una vez que lo hace, sus días felices, o al menos inocentes, quedan atrás porque por primera vez conoce gente que es diferente. Se da cuenta de que hay un mundo más allá del pueblo y de que no todo el mundo es como él y su familia.

El darse cuenta de esto asusta a cualquiera y tienes que recordar que estamos trabajando con unos límites de clase muy estrictos aquí. La mayoría de la gente de aquella época todavía suele casarse con gente de su mismo grupo socioeconómico, pero es ciertamente posible casarse con alguien que llegó a ser mucho más adinerado o más pobre que tú, y mucha gente tiene amigos que provienen de orígenes diferentes.

No en un pueblo de Inglaterra del siglo diecinueve. Estas son literalmente las primeras personas que Pip ha conocido que no son como él, y esto no termina bien. Estella lo tilda de ordinario, se burla de su léxico y sus botas y sus manos, y exactamente desde ese momento, Pip se siente descontento. No puede sacarse las palabras de la cabeza:

that I was a common labouring-boy; that my hands were coarse; that my boots were thick; that I had fallen into a despicable habit of calling knaves Jacks; that I was much more ignorant than I had considered myself last night, and generally that I was in a low-lived bad way. (8.105)

Así que aquí hay otra razón por la que nunca podríamos odiar a Pip, incluso así esté pidiéndolo a gritos: nos da lástima. Y lo entendemos completamente. Cada uno de nosotros ha estado en una situación en la que hemos conocido a alguien más popular que nosotros que nos ha hecho sentir mal acerca de nuestra ropa, de nuestro gusto en música o de la persona famosa que admiramos. (Admítelo: incluso ustedes, los chicos populares, han estado en esta situación.)

Sentirse así puede hacer que la gente haga cosas realmente absurdas —como decirle a sus amigos, "Quiero ser un caballero" (17.24), o sentirse avergonzado de sus padres/apoderados. ¿Crees que sentirte avergonzado por tus padres es algo que tu generación inventó? Ni hablar. El solo hecho de presentarle a Joe a la señorita Havisham le da a Pip una fuerte convicción de que [a él] nunca debe gustarle lo que hace Joe (13.69). Y lo peor es que si él nunca hubiera conocido a Estella, a él no le importaría: ¿qué significaría para mi ser grosero y ordinario si nadie me lo hubiera dicho? (17.33).

Sí. Podemos perdonarle muchas cosas a Pip.

Pip el caballero

Y eso es bueno, porque tenemos muchísimas cosas que perdonar. Una vez que empieza a recibir una educación, se vuelve, bueno, insoportable. Intenta "impartir" conocimiento a Joe para hacerlo menos ignorante y ordinario (15.20). Tiene un aire condescendiente con Biddy y generalmente actúa como si fuera demasiado bueno para cualquier cosa.

Así que aquí hay algo para meditar: si no leyeras con cuidado, podrías pensar que Dickens no tiene una opinión favorable acerca de la superación personal. Pero pensamos que eso no es verdad. Ambos, Biddy y Joe, terminan aprendiendo cosas: Biddy aprende lo que sea que Pip hace, y luego le enseña a escribir a Joe. Pero a ninguno de los dos se les sube a la cabeza. Solamente a Pip.

El problema es que Pip tiene todas las ideas erróneas acerca de ser un caballero. Piensa que lo exterior y las apariencias lo son todo: tener la ropa correcta, contratar a un sirviente, usar el dinero en los lugares adecuados y tener los amigos correctos. Pero se está engañando —algo que incluso Estella ve cuando dice "tú hiciste tus propias trampas. Yo nunca las hice" (44.22).

Ves, ser un caballero tiene mucho más que ver con lo interior que con lo exterior, y Pip no lo aprende sino hasta mucho mucho más tarde. De hecho, no lo aprende hasta que pierde prácticamente todo.

Sin esperanzas

Cuando Pip se entera por primera vez de que su benefactor es Magwitch y no la señorita Havisham, queda prácticamente destruido:

Miss Havisham's intentions towards me, all a mere dream; Estella not designed for me; I only suffered in Satis House as a convenience, a sting for the greedy relations, a model with a mechanical heart to practise on when no other practice was at hand; those were the first smarts I had. (39.98)

Pip no tiene novia ni fortuna, ya que piensa que no puede aceptar la de Magwitch, pero sí gana algo de este descubrimiento: gana el respeto por sí mismo. Claro, piensa en simplemente huir de todo. Pero no lo hace. Así como ese pequeño niño asustado en los pantanos hace casi veinte años, siente compasión por otro ser humano. Esa es la compasión y la lástima que nos gustó en el niño pequeño y la que lo ayuda a convertirse en un verdadero caballero.

Entonces, ¿cuáles son las acciones de un verdadero caballero? Ayuda a Magwitch a esconderse y planear su escape, se enfrenta a la señorita Havisham para pedirle dinero y ayudar a que Herbert Pocket sea socio en una empresa de embarcaciones, y tiene el autocontrol para sentirse feliz por Joe y Biddy —y la gracia para irse a vivir fuera de Londres y dedicarse a pagarles lo que les debe.

Parece que ser un caballero tiene más que ver con gracia, piedad, autocontrol y compasión que con tener botas bonitas y manos suaves.

Pip el amante

Echémosle un vistazo al último discurso —tal vez la cosa más importante que Pip dice en toda la novela. Es el discurso de despedida a Estella cuando descubre que ella va a casarse con Drummle:

Out of my thoughts! You are part of my existence, part of myself. You have been in every line I have ever read, since I first came here, the rough common boy whose poor heart you wounded even then. […] Estella, to the last hour of my life, you cannot choose but remain part of my character, part of the little good in me, part of the evil. But, in this separation I associate you only with the good, and I will faithfully hold you to that always, for you must have done me far more good than harm, let me feel now what sharp distress I may. O God bless you, God forgive you! (44.70)

Puede muy buen que Pip no haya terminado de madurar del todo, pero se está acercando: él "perdona" a Estella y le dice que ella le ha hecho mucho más bien que mal. Pero ¿es esto verdad? Ha dicho más de una vez que quisiera nunca haber conocido a la señorita Havisham o ido a la casa Satis, pero ahora parece haber cambiado de opinión. ¿Está mejor Pip al final de la novela?

Pip el adulto

Una forma de pensar acerca de esto es a través de Joe. Ahora, Joe es un buen chico. Es amable, alegre, responsable, trabajador y cariñoso. Pero, y tenemos que decirlo, no estamos seguros de que sea realmente un adulto en el sentido que Dickens le quiere dar. Pip incluso lo considera como un niño al principio de la novela. Seguro, pasa por algunos momentos difíciles con su esposa, que está muriendo y su hijo adoptivo, que lo rechaza. Pero en todo momento, Joe mismo nunca cambia y nunca experimenta (que nosotros sepamos) una crisis de identidad propia que lo deja más triste y más sabio.

No es el caso de Pip. Pasa de ser un pequeño niño contento que trabaja a ser un adolescente descontento y a ser un hombre trabajador resignado. Al final le dice a Estella: "Trabajo muy duro para ganarme la vida, y por consiguiente, sí, me va bien" (59.53).

Sentimos tener que darles esta noticia, Shmoopers, pero para la mayoría de nosotros, eso es lo que significa madurar: darse cuenta de que nuestras Grandes esperanzas no van a convertirse en realidad, y de que en lugar de convertirnos en estrellas de rock o presidentes, pasaremos el resto de nuestras vidas trabajando duro para lograr tener lo suficiente para vivir, exactamente como Pip.