El rey de Luggnagg

El rey de Luggnagg

La estadía de Gulliver en Luggnagg es el resultado de un caos burocrático. No se le permite dejar la isla hasta haber recibido permiso oficial para hacerlo luego de reunirse con el rey de los luggnaggianos, así que contrata a un intérprete que hace justo eso. El comportamiento del rey es un ejemplo más del tipo de crueldad fortuita que inspira en una persona el exceso de poder.

Gulliver memoriza una expresión que pretende usar para que se le permita hablar con el rey, "Pueda Vuestra Celeste Majestad sobrevivir al sol once meses y medio" (3.9.5). Este tipo de expresión superhalagadora es similar a las que usa tanto en Liliput como en Brobdingnag. Ahora, claro, Gulliver la usa sin haber conocido al rey luggnaggiano. ¿Qué importancia tiene que el rey sobreviva al sol? ¡Ninguna! Este es un ejemplo del lenguaje formal utilizado en la corte que es (a) halagador para aquellos que se encuentran en el poder y (b) falso. La vida cortesana hace de la mentira una herramienta necesaria para mantener contentos a los poderosos. Para mayor información sobre qué es lo que tiene de malo todo esto, lee las secciones de esta guía en inglés "Lies and Deceit" (Mentiras y engaños) y "Literature and Writing" (Literatura y escritura).

El rey hace que Gulliver se arrodille delante de él y lama el suelo frente a sus pies. Esa es la costumbre en este reino y Gulliver lo hace por voluntad (en parte, además, porque no tiene orgullo). El suelo puede estar muy sucio porque el rey no siempre ordena que se limpie. Algunas veces, luego de saludar al rey de esta manera, sus súbditos se paran delante de él con la boca llena de polvo, haciendo un esfuerzo desesperado por no toser. Esto es porque toser delante del rey está prohibido por ley y puede llegar a ser motivo de ejecución.

También descubrimos que algunas veces, el rey asesina a los que no le caen bien esparciendo veneno en el suelo frente a él. Así que cuando los súbditos del rey lo saludan, nunca saben si van a sobrevivir o no la experiencia. Es más, ha habido accidentes en el pasado en los que el veneno no ha sido limpiado por completo y han muerto otros. El rey lo ha lamentado, pero no lo suficiente como para abandonar su extraño y peligroso método de ejecución.

De cualquier manera, al igual que el otro 99.99% de los personajes en este libro, al rey luggnaggiano le agrada Gulliver y le da algo de dinero para que permanezca en Luggnagg durante tres meses. Cuando por fin se marcha de Luggnagg, el rey le da todavía más regalos y una carta de recomendación para el emperador de Japón. ¿Conveniente, no? Es una suerte que a Gulliver no le incomode adular los ricos y famosos.