Minny Jackson

Minny Jackson

Minny y Aibileen son las dos mujeres principales que representan a las "criadas y señoras": las mujeres negras que le hacen la vida tan agradable y cómoda a sus empleadores blancos. En muchos aspectos, estas mujeres son muy diferentes, y como resultado da a entender la diversidad de mujeres que sirven de "criadas y señoras" en Jackson.

Minny tuvo como inspiración la actriz nacida en Alabama Octavia Spencer, quien también interpreta a Minny en la película (fuente). Es una mezcla compleja de fortaleza y vulnerabilidad extremas. Cuando Aibileen está con Minny tomando el autobús hacia el vecindario donde viven, Aibileen piensa, "Seguramente podría levantar este autobús por encima de su cabeza si se lo propusiera. Una anciana como yo tiene suerte de tenerla como amiga" (2.6).

Cuando Celia Rae Foote le dice a Minny que teme que la casa sea demasiado para limpiar, Minny no lo puede creer. Nos dice: "Bajo la cabeza para mirar mi propio cuerpo. Mis setenta y cinco kilos y mi metro y medio están a punto de reventar el uniforme de rabia" (3.64). Dice: "¿Demasiao para mí?" (3.64). Esta supermujer trabaja todo el día fuera de casa cocinando y limpiando para familias blancas. Está casada con Leroy y tienen cinco hijos, Leroy Junior, Benny, Felicia, Sugar y Kindra. Se le reconoce como la chef por excelencia de Jackson. Johnny Foote (en cuya opinión confiamos) le afirma, "¡Pero si eres la mejor cocinera que conozco!" (10.191).

Aun así, es presa fácil de las mujeres blancas a las que ofende en el pueblo, en especial, de la malvada Hilly Holbrook. Desafortunadamente, también lo es de su esposo, quien le pega con frecuencia. Es un manojo de nervios siempre a la espera de que la próxima blanca la traicione o que lo próximo que haga le salga mal. Al final de Criadas y señoras, Minny, al igual que sus conarradoras, comienza una nueva vida (es de esperar que sea mejor) lejos de su esposo abusador y lejos de Hilly Holbrook. Minny narra nueve capítulos de Criadas y señoras.

Minny y Criadas y señoras

Minny es esencial para la redacción de Criadas y señoras. Depende de Minny persuadir a las otras criadas a ayudarles a Skeeter y Aibileen, por ejemplo. Y su capítulo en el libro, escrito bajo el seudónimo de Gertrude, también es clave para la seguridad de las otras criadas que cuentan sus historias en él. La revelación de Minny de que Hilly Holbrook se comió dos pedazos de un pastel de chocolate que contenía un ingrediente especial (la caca de Minny) es perfecta para chantajear a Hilly. (Lee más sobre Minny y su pastel de chocolate singular en "Simbolismo, Imágenes y Alegoría".)

Esto en verdad no protege a Minny de Hilly, pero sí le ofrece un poco de protección a las otras criadas. Si Hilly declara públicamente que alguna de las criadas de Jackson están en el libro, ella admite haber comido la caca de Minny, lo cual es lo último que desea que la gente sepa de ella (aunque muchos ya se han dado cuenta de eso de todos modos). Si Minny hubiera omitido ese jugoso detalle, no habría nada que le impidiera a Hilly perseguir abiertamente las criadas en el libro. Aibileen observa:

Minny se empeñó en poner la historia del pastel para protegernos, a mí y a las otras criadas, pero no a ella. Era consciente de que con esto sólo conseguiría que Miss Hilly se enemistase más con ella, pero, de todos modos, lo hizo por el bien de las demás. Por eso no quiere que nadie se dé cuenta de lo asustada que está. (33.41)

Con razón la editora del libro, Elaine Stein, menciona que Minny es "la pesadilla de toda mujer blanca del sur. Es adorable" (28.213). Es la pesadilla de toda mujer del sur porque contrataca aun estando consciente del riesgo y porque protege y fortalece a sus amigas, lo cual hace mucho más difícil preservar el statu quo.

La venganza contra Hilly y la gente como ella ciertamente motiva a Minny a prestarle su apoyo y su voz a Criadas y señoras, pero algo más profundo también la impulsa. Al conversar con Aibileen sobre el floreciente movimiento por los derechos civiles, Minny piensa:

Pero lo cierto es que no me preocupa mucho la cuestión del derecho al voto, ni el hecho de no poder comer en el mismo restaurante que los blancos. Lo que de verdad me importa es que, algún día, dentro de diez años, una blanca llame sucias a mis hijas y las acuse de robarle la cubertería de plata. (17.69)

Minny, aunque al principio lo dude, llega a ver el libro como un modo de llevar a cabo un cambio positivo para el futuro y para sus niños. Por supuesto, el derecho al voto y el derecho a comer donde a uno le dé la gana también son necesarios para que la gente participe de manera significativa en la democracia de Estados Unidos. Pero Minny se da cuenta de que esos derechos no se traducen en cambio práctico que puede en realidad beneficiar a sus hijas. Contando historias –historias verídicas– por el contrario, es un poder en el que puede creer. Abnegada y valiente, Minny Jackson es la que trabaja tras bastidores para hacer de Criadas y señoras un éxito.

Minny y su boca

¡Muérdete la lengua, Minny! Trágate todo lo que te venga a la boca y al trasero también. Compórtate como una criada que sólo hace lo que se le ordena. (3.1)

Minny definitivamente no es una criada que hace lo que se le ordena. Es una criada que dice las cosas como son. Igual que Skeeter, Minny dice cosas que pueden y frecuentemente llegan a meterla en problemas. A diferencia de Aibileen, quien a veces dice cosas que no quiere para evitar meterse en líos, Minny se niega a que la traten como objeto. Ella se reafirma continuamente como persona con opiniones y preferencias que da a conocer con su fuerte voz. Esta actitud choca con lo que su madre le intentó enseñar. Ella recuerda:

Había visto cómo actuaba mi madre cuando Miss Woodra la acercaba a casa, todos esos "Sí, señora", "No, señora", "¡Cómo se lo agradezco, señora!". ¿Por qué tenía yo que terminar así? Yo sé cómo enfrentarme a la gente. (3.130)

Al principio Minny considera contarle su historia a Skeeter algo en oposición a su libre expresión. Dice: "¿Qué demonios estoy haciendo? Tengo que está loca pa contarle los secretos más ocultos de la raza negra a esa blanca. […] Siento que estoy chismorreando sobre mí misma" (17.50). Minny teme, y no sin motivo, que los hechos revelados simplemente proveerán información que se pueda usar en contra de ella y de otros.

Sin embargo, se insinúa que eventualmente se llega a dar cuenta de que el libro puede ser el máximo acto de expresión, su oportunidad de soltarlo todo. Ella también se da cuenta del peligro que esto implica. Si Criadas y señoras fuera una tragedia, la boca de Minny sería su defecto trágico. Pero Criadas y señoras termina de forma feliz. Aunque Hilly incita a Leroy a atacar a Minny asegurando que sabe que lo despidieron por su esposa, Minny escapa y finalmente decide dejarlo para siempre.

Minny y Celia

La relación entre Minny y su empleadora Celia Rae Foote es bastante importante. Trabajar para Celia, luego de que resuelven todas las trabas, le demuestra a Minny que sí existe gente blanca que no es mala ni abusadora. Con Celia, Minny cobra el doble de lo que antes recibía, no viene a trabajar los fines de semana y sale del trabajo temprano en el día. Celia no ve nada mal comer en la misma mesa que Minny y compartir los platos.

Minny no está conforme con esto al principio. A diferencia de Aibileen, no tiene un problema con que los blancos y los negros vivan separados y diferentes de ellos mismos. Ella ve la amistad de Celia como algo falso, loco y simplemente estúpido. Pero al final de la novela, se puede describir a las dos mujeres como amigas. Minny y Celia mutuamente se han salvado la vida y ganado la confianza.