La ladrona de libros

La ladrona de libros

En pocas palabras

Si te guías por el título, puede que pienses que La ladrona de libros es una novela de espías o una historia de detectives al estilo Sherlock Holmes. Sin embargo, en realidad, esta es la emotiva historia de una joven que vive en la Alemania nazi durante el Holocausto. Pues sí, así es. Una niña de diez años es la ladrona del título.

La ladrona de libros es una novela que se publicó primero en Australia en 2005 y en Estados Unidos en 2006. Es la quinta novela del autor australiano Markus Zusak y apareció en escena cuando este tenía tan solo treinta años. Ganadora de muchos premios, sobre todo en la categoría adulto joven, y con al menos un millón de copias vendidas, La ladrona de libros está volviendo a este autor cada día más famoso (fuente).

Liesel Meminger, una joven de la Alemania nazi, es la estrella del espectáculo. Ella es, además, la principal ladrona de libros en la novela, la cual está narrada por Death (Muerte). Cuando los padres adoptivos de Liesel deciden dar refugio a un joven judío que se esconde del régimen nazi, los personajes crecen y cambian de forma horrible y hermosa.

A Zusak le tomó tres años finalizar la obra e incluso viajó a Múnich, Alemania, para investigar algunos detalles. Aborda todo tipo de cuestiones espinosas acerca de uno de los asuntos más difíciles de tratar: el Holocausto. Este es el nombre que se le da a la persecución y asesinato a gran escala de seis millones de judíos junto con otras personas consideradas "indeseables" por los nazis. Los padres de Zusak crecieron en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial y compartieron las historias de aquellos tiempos con él. Según una reseña en el periódico The Guardian:

Zusak […] has said that writing the book was inspired by two real-life events related to him by his German parents: the bombing of Munich, and a teenage boy offering bread to an emaciated Jew being marched through the streets, ending with boy and Jewish prisoner being whipped by a soldier (fuente).

Verás que la escena del azote se repite en los momentos clave de la novela. En diversas entrevistas, el autor menciona una inspiración adicional para la creación de su novela: las historias sobre un ladrón real de libros de su ciudad natal, Sydney, Australia (fuente).

La ladrona de libros, por momentos hilarante (aunque no lo creas) y por momentos desgarradora, es una novela rica y creativa. Además es un sincero recordatorio del poder de las palabras; estas pueden destruir o curar, dependiendo de cómo las utilicemos.

¿Y a mí qué?

¿Tiene carga emotiva? Sí.

¿Tiene alto contenido de suspenso? Sí.

¿Tiene personajes dinámicos? Sí

¿Ofrece una lección de historia? Sí.

Ahora que estamos seguros de que La ladrona de libros tiene todos los ingredientes necesarios para ser una historia fantástica, pasemos a lo que realmente merece nuestra atención en esta novela en particular. Oh, pero nos hemos olvidado de algo:

¿Está narrada por Muerte? Sí.

Échale un vistazo a nuestra sección "Why Should I Care?" sobre El Diario de Anna Frank por toda la carga que implica leer una novela acerca de una joven que vive durante el Holocausto. Ten estas razones en mente cuando leas la novela, porque son el corazón de La ladrona de libros. Pero aquí en Shmoop, queremos tomarnos un segundo para hablarte de algo único de La ladrona de libros que es tan importante que figura en el título: así es, los libros. Sabemos cuánto te gustan, o no estarías aquí leyendo lo que tenemos para decirte acerca de un libro que trata sobre un libro sobre libros. Pero leer no es solo una cuestión de amar a los libros; debemos estar seguros de no darlos por sentado. La ladrona de libros nos recuerda eso.

Liesel no puede darse el lujo de ir a la biblioteca local y escoger el bestseller que haya llegado a las estanterías esa semana. Ella tiene que robar libros e incluso salvarlos de incendios malintencionados para poder leer. Incluso en nuestros días, cuando muchos de nosotros podemos explorar bibliotecas enteras con un simple clic del botón, aún hay personas que no tienen acceso a esto: tal vez no pueden costearse los libros o quizás nunca aprendieron a leer. Es por eso que la elección de Markus Zusak de retratar la emoción y la influencia que generan los libros en el contexto del Holocausto destaca cuán poderosos son. Tal como debatimos en la sección "Símbolos", cuando los nazis quemaban libros, en realidad, estaban quemando los sueños y las esperanzas de los judíos. Cada uno de los libros que roba Liesel representa un rayo de esperanza; para ella, para la comunidad judía y para el mundo posterior al Holocausto.

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