El viejo Warner

El viejo Warner

Entonces, el Sr. Summers es la superficie brillante de la lotería; el Sr. Graves es la parte sombría; y los niños son los espíritus salvajes y primitivos que impulsan su goce. Pero, obviamente, esta historia es acerca de la tradición en un sentido amplio, la tradición que "a nadie le gusta modificar" (5). Dado que los demás personajes son muy simbólicos, debe haber algún tipo que defienda la tradición y Jackson no nos decepciona: está el viejo Warner. Al tipo le dicen "el viejo". Jackson crea de nuevo una figura que no es una persona real, sino que simboliza algo, en este caso, los días pasados y por los que se siente nostalgia. Y, al igual que en el caso de Summers y Graves, no podemos pasar por alto el significado literal de su apellido: Warner, el que advierte ("warn" significa "advertir").

En el quinto párrafo, el narrador escribe que "la caja negra que descansaba ahora sobre el taburete llevaba utilizándose desde antes incluso de que naciera el viejo Warner…" (5). En otras palabras, el viejo Warner es un punto de referencia para la tradición: si la caja es más vieja que incluso Warner (al menos, partes de ella), entonces debe de datar de los tiempos vagos en que comenzó la lotería.

Como el hombre más anciano del pueblo, el viejo Warner parece querer ocuparse de que las cosas en el pueblo no cambien. Cuando oye que en otros pueblos no hacen más la lotería, refunfuña: "Antes teníamos un refrán que decía: 'La lotería en verano, antes de recoger el grano'. Lo primero que sabes, todos estaríamos comiendo pamplina y bellotas en guiso" (33). Así, para el viejo Warner, la lotería está asociada con la agricultura y con la abundancia; le permite a la comunidad protegerse de vicisitudes indescriptibles, que provocan la decadencia. El viejo Warner es el único que se acerca a concebir una explicación racional para la lotería, la cual, al parecer, se remonta a tanto tiempo atrás que ni él podría decir cómo comenzó; todo lo que sabe es que está asociada con la abundancia y con el ciclo del año.

La asociación de la lotería con la naturaleza es muy importante, incluso más allá de las pistas que nos da acerca de la historia de ese ritual. La cuestión es que nosotros no tenemos ni idea de si lo que dice el viejo Warner se aproxima a la verdad. Sin embargo, él relaciona la naturaleza con la lotería con total naturalidad; en otras palabras, la tradición es natural para los habitantes del pueblo. La mayoría del tiempo no se hacen preguntas sobre la lotería porque hacerlo sería cuestionar por qué vivimos en comunidades con los demás. Es parte del ciclo anual de este pueblo.

La antigüedad del ritual, sus orígenes olvidados y sus lazos (a través del viejo Warner) con la naturaleza apuntan a una especie de pasado mítico para el ritual, antes de la civilización. Sin este ritual que proteja la comunidad, el viejo Warner le teme a una escasez particular: el pueblo tendría que regresar a la pamplina y la bellota, la dieta de un cazador-recolector en vez de la de un granjero.

La lotería podría ser una forma de regular y racionalizar el salvajismo que los niños del pueblo traen tan cerca de la superficie. Es el vestigio de la transición humana del salvajismo al "hombre civilizado", pero la única diferencia entre los dos es que el "hombre civilizado" tapa sus crímenes en una caja negra y papelitos antes de dar rienda suelta a sus ansias.

La afirmación del viejo Warner de que "Antes, las cosas no eran así […] la gente tampoco es como solía ser" (69) implica que al viejo Warner le gusta recordar los viejos tiempos. Aunque sea o no sea verdad que "la gente tampoco es como solía ser", lo que realmente importa es que, como la voz de la tradición, el viejo Warner cumple el rol del típico y estereotipado viejo áspero, resentido de las nuevas formas: la falta de disciplina entre los jóvenes (representada por las amigas de Nancy Hutchinsons hablando alto al final de la lotería), y, especialmente, la mente reformista del "joven Joe Summers" (33).

Curiosamente, el viejo Warner nos da una explicación para la lotería que nadie escucha. Sus declaraciones acerca de por qué la lotería no puede terminar no siempre provocan comentarios de los demás miembros de la comunidad. La tradición funciona en esta historia como una fuerza más allá de la razón. El pueblo no necesita saber por qué deben seguir haciendo la lotería; es suficiente saber que tienen que hacerlo y, en realidad, en secreto, les gusta. Para más información, consulta el apartado "Tradición y Costumbres" en la sección "Tema" (en inglés).