Detering

Detering extraña a su esposa que lo espera en su granja de Oldenburg. Es un noble amante de la naturaleza, sufre un estallido emocional por el dolor de los caballos muriéndose en la refriega. Al escuchar los quejidos de los caballos, Detering grita “¡Matadlos, matadlos de una vez! ¡Maldita sea! […]Me gustaría saber qué culpa tienen ellos” (4.60-71).

Es un cazador de ratas muy hábil, fue él quien hizo una trampa para matarlas. Otro día, el tipo se topa con un árbol de cerezas floreado. En las altas horas de la noche, Paul se despierta y lo ve empacando. Dos días después, desaparece; huye. Luego se sabe que lo encontraron y lo llevaron a la corte marcial. Jamás se sabe de él otra vez.