La luna

Nos gusta la luna. De veras. Es bella, ilumina la noche oscura, parece llena de paz y es inspiradora. Además tiene un efecto innegable sobre nosotros, los humanos: no tienes más que buscar la relación entre la luna llena y la delincuencia. O sea, no por nada contiene "luna" la palabra "lunático". En "Romance sonámbulo", la luna afecta de gran manera al narrador, pero también es símbolo de distancia, que preside muy desde lo alto sus intentos frustrados de cumplir su deseo. La luna, pese a su belleza, está fuera de su alcance, lo cual recuerda al narrador cuán lejos está en verdad de lograr lo que anhela.

  • Verso 10: El narrador señala que la chica de sus sueños está "bajo la luna gitana". La pintan las cualidades de libertad y desenfreno salvaje que posee la luna. Más aún, se encuentra muy lejos del alcance del narrador.
  • Verso 51: El narrador visualiza su objetivo como un balcón ("las barandas") en la luna. Esa sí que es una subida empinada. Nos preguntamos si acaso no estará boicoteando su propia búsqueda. Después de todo, nadie puede subir a la luna, ¿o sí?
  • Verso 77: Ahora la gitanita se mece de un "carámbano de luna". Si tuviéramos que hacer un cálculo exacto, diríamos que es aproximadamente bastante alto. Una vez más, la luna ofrece una forma de expresar cuán fuera de su alcance está el objeto del deseo del narrador. Pobrecito.