Charlotte Lucas

Charlotte Lucas

Charlotte es la mejor amiga de Elizabeth Bennet. Nos la presentan como una “joven sensible e inteligente de unos 27” (5.2). Entonces, las características principales que nos dan en la primera descripción son a) sensible, b) inteligente (ambas buenas para Austen), y c) tiene… ¿27? En los tiempos de Austen tener 27 y ser soltera era un problema. Una mujer soltera que pasara los 25, que no sea ni particularmente bonita ni particularmente rica, tenía un puesto para vestir santo asegurado. 

Hay varios caminos por donde analizar a Charlotte. El más obvio es su forma súper práctica y casi robótica de ver el matrimonio. Quiere salir de la casa de sus padres, y no va a rejuvenecer, así que básicamente se une al asqueroso del Sr. Collins, completamente al tanto de que ninguno de los dos obtendrá una felicidad plena, pero también sabiendo que él es probablemente su última oportunidad de ser la señora de su propia casa. ¡Wao! Esto puede ser una larga condena. Toma un respiro profundo. En fin ¿Qué te parece su decisión? ¿Eso la convierte en una mujer dueña de sus propios actos? ¿O simplemente te parece una característica más de lo limitadas que eran las mujeres en esa época? 

Otra forma de analizar a Charlotte es como un contraste para Jane. Jane es bastante tímida y no hace demasiado por lo que quiere. Charlotte, por otra parte, no tiene problema en hacérselo bastante simple al Sr. Collins. Charlotte da consejos, desde el principio, en temas matrimoniales. Cuando chismea con Elizabeth acerca de lo mucho que Jane le gusta Bingley, Charlotte dice:

 “Si una mujer disimula su afecto al objeto del mismo, puede perder la oportunidad de conquistarle; y entonces es un pobre consuelo pensar que los demás están en la misma ignorancia […] En nueve de cada diez casos, una mujer debe mostrar más cariño del que siente”. 

Poco después, Charlotte dice esa famosa línea “La felicidad en el matrimonio es solo cuestión de suerte […] siempre es mejor saber lo menos posible de la persona con la que vas a compartir tu vida”.

Por lo que vemos, eso es exactamente lo que hace Charlotte. Después de que Elizabeth rechaza al Sr. Collins, Charlotte lo acepta, inclusive sabiendo que es su segunda opción (tercera, de hecho, ya que el Sr .Collins inicialmente le había puesto el ojo a Jane). ¿Cómo se las arregla Charlotte para que el Sr. Collins le proponga matrimonio el día después de que fue rechazado por Elizabeth? En realidad no lo sabemos, porque Austen no narra esa escena. ¿Charlotte, entonces, reconoce que su papel en la novela es el de ser una caza esposo, y deliberadamente coquetear como le sugirió a Jane que hiciera? Quizá.

¡Eso no es todo! Todavía tenemos una tercera idea de cómo analizar a Charlotte: es otra lección de empatía para Elizabeth. Fíjate lo horrorizada que se siente Elizabeth la primera vez que Charlotte le dice que se casará con el Sr. Collins. En serio, casi vomita. Después, cuando va a visitar a los Collins, Elizabeth se da cuenta de que no todo el mundo debe vivir la vida en la forma en que ella quisiera vivirla, y entiende mucho mejor a su amiga.