Aibileen Clark

Aibileen Clark

El corazón de Aibileen es tan grande que todos podríamos caber dentro de él. Si tienes suerte, te podría incorporar en una de sus oraciones, que tienen fama de ser particularmente poderosas. Su mejor amiga, Minny Jackson, le dice: "Tos tenemos nuestra línea particulá pa hablá con Dios, pero tú estás sentá justo en su oreja" (2.143).

Al comienzo de Criadas y señoras en agosto de 1962, Aibileen, narradora de once capítulos de Criadas y señoras tiene 53 años. Es una mujer negra que se ha dedicado a cuidar "bebés de familias blancas" y a "cocinar y limpiar" (1.1) para familias blancas desde que era adolescente. Como Aibileen le revela a Skeeter Phelan durante su primera entrevista sobre sus experiencias, su madre también trabajó como criada y su abuela era esclava. Aibileen recogió algodón en la hacienda propiedad de la familia de Skeeter cuando tenía 22 años. Ahora vive sola y trabaja para la Sra. Elizabeth Leefolt.

Aibileen ha criado o ayudado a criar diecisiete bebés blancos en su vida. La número dieciocho, Mae Mobley Leefolt, quien acaba de cumplir dos años cuando comienza la novela, es la "chiquitina especial" de Aibileen. El hijo amado de Aibileen, Treelore, murió en un accidente sin sentido poco más de dos años antes de que comenzara la novela. Sólo tenía 24 años en ese momento. La muerte de Treelore y el amor de Aibileen por Mae Mobley motivan a la criada a tomar el riesgo extraordinario de hacer su historia pública (aunque sea de forma anónima).

Aibileen y la escritura

El seudónimo de Aibileen en Criadas y señoras, el libro que ella, Skeeter y las otras criadas escriben, es Sarah Ross, por su maestra que murió antes de comenzar la novela. Cuando Aibileen se vio obligada a dejar la escuela para ayudar a que a su familia le alcanzara el dinero, Miss Ross le dijo, "Eres la más lista de la clase, […]La única forma de que sigas aprendiendo es que leas y escribas todos los días" (2.126). Aibileen nos dice, "Por eso empecé a escribir mis oraciones en lugar de recitarlas. Sin embargo, desde entonces nadie me ha vuelto a llamar lista" (2.127).

Bueno, todo eso ya está a punto de cambiar. Con la publicación de Criadas y señoras, la inteligencia de Aibileen, además de su valentía, las reconocen no solo su propia comunidad, sino también el público en general que lee su historia.

Aibileen y Skeeter conectan porque ambas son escritoras. En cuanto a la escritura, presentan muchos paralelismos. Por ejemplo, Skeeter y Aibileen ambas escriben en una sociedad que no se muestra amable con las autoras femeninas.

Existen también varios contrastes directos entre ellas. Skeeter tiene un grado en Inglés y en Periodismo. Aibileen se vio obligada a dejar la escuela secundaria para poder mantener a su familia. Skeeter es una escritora novata, pero Aibileen ha dedicado horas a escribir todos los días por décadas. Aibileen se contenta (al principio) con escribir sus oraciones; Skeeter desea escribir libros y artículos.

Los contrastes entre Skeeter y Aibileen disminuyen gradualmente a medida que trabajan juntas para desmantelar el sistema que les afirma que son "tan diferentes" entre sí. Aibileen escribe su propia historia y trabaja con Skeeter para editar las historias de las otras mujeres. Aibileen se hace cargo de la columna de Miss Myrna cuando Skeeter se muda a Nueva York. Ambas mujeres (y las otras colaboradoras) reciben cantidades iguales de dinero por Criadas y señoras. Ambas mujeres usan la escritura para crear cambios positivos en sus comunidades. Ambas mujeres se ganan la vida como escritoras, un oficio muy dominado por los hombres en aquellos días.

Esto es particularmente asombroso en el caso de Aibileen. Para una mujer negra de Mississippi a principios de los 1960, conseguir un trabajo escribiendo para un periódico de blanco es una verdadera hazaña. Claro está, Aibileen escribe, tal y como lo hacía Skeeter, bajo el nombre de Miss Myrna, quien es una mujer blanca. No obstante, se le paga el mismo sueldo que se le pagó a Skeeter. También la reconoce su jefe, Mister Golden, como la consumada experta en relaciones y quehaceres del hogar que es.

Aibileen y Mae Mobley

La relación de Aibileen con Mae Mobley es conmovedora al extremo. Durante tres años, ellas son la una para la otra. Aibileen se identifica con Mae Mobley porque desde el comienzo, la chica no encaja en la sociedad en la que nace. Mae Mobley es gordita, tiene una calva e incluso Aibileen admite que no cree "que le den el premio a la niña más guapa del condado" (22.5). Pero "guapo" no es muy importante dentro del sistema de valores de Aibileen. La bondad, la inteligencia, la justicia: eso es lo que le importa a Aibileen.

Aibileen también es el único intercesor entre Mae Mobley y la madre que la desatiende, le pega y parece odiarla. Mae Mobley no es el primer niño maltratado que Aibileen ha cuidado, pero sí es la primera a la que verdaderamente intenta instruir. Las lecciones que Aibileen intenta dar a Mae Mobley se centran en dos temas básicos: el amor propio y la igualdad racial.

Amor propio: Primero que todo, intenta enseñarle a Mae Mobley a amarse a sí misma. Cuando Mae Mobley responde a los gritos de su madre diciéndole a Aibileen "Mae-Mo mala" (7.17), se le ocurre a Aibileen tratar un experimento nuevo y audaz. Se pregunta "qué pasaría si todos los días le digo lo buena que es" (7.25). Desde entonces, se vuelve parte de su rutina decirle a Mae Mobley, "Eres una niña lista, una niña buena" y que Mae Mobley se lo repita a ella. Mostrándole a Mae Mobley nada más que amor y bondad, y enseñándole a expresar su autoestima, Aibileen le provee a la chica un fundamento invaluable: uno que de seguro necesitará cuando más tarde despidan a Aibileen y Mae Mobley deba vivir por sus propios medios.

Igualdad racial y derechos civiles: Lo que Aibileen hace que es mucho más peligroso es enseñarle a Mae Mobley sobre la igualdad racial y los derechos civiles. Si Aibileen es descubierta, la despiden en el mejor de los casos, pero también de lo más probable es que se enfrente a penalidades físicas y sociales bastante fuertes, incluso hasta la muerte, por su transgresión. Estas lecciones nacen del deseo de Aibileen de "evitar que llegue ese momento (que sucede en la vida de todo niño blanco) en que empiece a pensar que los negros no somos tan buenos como los blancos" (7.80). Dicho deseo hace notar que la gente no nace con ideas racistas. Estas ideas se enseñan y se pasan de generación a generación. Aibileen intenta romper este ciclo presentándole a Mae Mobley ideas alternas de pensar sobre la raza.

Uno de los momentos más pícaramente cómicos en la novela gira en torno a la historia que Aibileen le cuenta a Mae Mobley, cuyo programa preferido es Mi marciano favorito, para enseñarle sobre Martin Luther King:

"Érase una vez un marciano sabio que bajó a la Tierra pa enseñarnos lgunas cosas".

[…]

"¿Cómo se llama?"

"Marciano Luther King. […] Era un marciano muy simpático, el señó King. […] Pero a veces la gente se reía de él y, bueno, había algunos que eran muy malos con él".

"¿Por qué, Aibi? ¿Por qué se portaban tan mal con él?"

"Porque era verde." (23.17-23.25)

¡Nos encanta! Solo imagínate una Mae Mobley mayor dándose cuenta de lo asombroso que Aibileen está haciendo por ella. Desgraciadamente para Mae Mobley, a Aibileen la despiden de la casa de los Leefolt al final de la novela. Aun así, ya que viven en el mismo pueblo, dudamos que se hayan visto por última vez. Además, es probable que Aibileen mande más influencia positiva a través de la próxima persona que se contrata para cuidar a Mae Mobley.