Eugenia "Skeeter" Phelan

Eugenia "Skeeter" Phelan

Skeeter Phelan es un manojo de contradicciones. Es una mujer blanca de 23 años con un fideicomiso de algodón y un grado universitario. Vive en casa, en la hacienda de algodón de su familia, Longleaf. Y se dedica, a gran riesgo, a escribir un libro que presenta las vidas de las mujeres negras que trabajan para las familias blancas en su ciudad natal de Jackson, Mississippi. Sin duda, contradictorio.

Pertenece a la Liga de Damas y está muy ligada con otras damas de alta sociedad. Ha sido mejor amiga de Hilly Holbrook y Elizabeth Leefolt (personajes villanos) desde la escuela primaria. Pero a medida que progresa la trama, Skeeter se distancia más y más de este estatus social seguro y se vuelve, como dicen, rebelde. Rompe todas las reglas y cruza líneas peligrosas –y por eso la queremos.

Lo que le asegura su nueva posición de marginada social es la broma que le juega a Hilly, quien está intentando que se pase un proyecto de ley que requiera que las familias de Mississippi construyan baños externos para sus empleados negros. Bueno, Skeeter coordina que se tiren decenas de inodoros en el patio de Hilly, lo cual por lo menos nos causó mucha risa a nosotros. Hilly, sin embargo, no lo toma con calma y convierte a Skeeter en paria social, tanto que Skeeter se compara al marginado Boo Radley en Matar un ruiseñor, libro que ha estado leyendo (aunque está prohibido en Mississippi). Teme, un tanto en broma que, como Boo, elegirá quedarse adentro para esconderse de lo feo de la sociedad.

Mientras que las propias amigas de Skeeter la rechazan, la comunidad negra la abraza, aunque no abiertamente (porque es demasiado peligroso). Luego del lanzamiento de Criadas y señoras, el pastor de la iglesia de Aibileen le pide que le diga a Skeeter que "la queremos como si formara parte de nuestra familia" (29.107). Después de que leas Criadas y señoras, probablemente la quieras también. Ella es valiente, bondadosa y busca la verdad. Narra trece capítulos de Criadas y señoras.

Skeeter y Constantine

Skeeter recibió su apodo de su hermano mayor, Carlton. Cuando ella nació, él dijo: "No es un bebé, ¡es un Skeeter!" o mosquito. Mide casi dos metros y tiene cabello incurablemente "enmarañado", el cual según su descripción "parece vello púbico más que pelo de la cabeza" (5.26). Guácala. Como Mae Mobley, no encaja exactamente en los ideales de la belleza de su sociedad. También como Mae Mobley, Skeeter tiene una relación cercana a la negra que se contrató para cuidarla, Constantine. Como hizo Aibileen con Mae Mobley, Constantine le enseño a Skeeter a quererse a sí misma y a no aceptar los prejuicios raciales. Detrás del deseo de Skeeter de presentar los puntos de vista de las criadas de Jackson está su necesidad de investigar lo que le pasó a Constantine.

Constantine y Skeeter fueron confidentes por más de veinte años, pero Skeeter dejó de escuchar de ella durante su cuarto año de universidad. Cuando llega a casa de estudiar, Constantine ha desaparecido misteriosamente y nadie en el pueblo le dice a Skeeter que ocurrió. Aunque Skeeter no usa conscientemente sus entrevistas con las criadas para buscar detalles sobre Constantine, siempre está en su mente.

Cuando la editora de Skeeter, Elaine Stein, insiste que Skeeter incluya la historia de Constantine en Criadas y señoras, Aibileen finalmente le dice la verdad: que la madre de Skeeter despidió a Constantine luego de una confrontación con la hija de Constantine, Lulabelle, quien Constantine dio en adopción cuando tenía cuatro años. Esto, por supuesto, no llegó al libro. Traicionar a su madre es lo último que cualquiera desea que haga Skeeter, como Aibileen se lo señala.

El despertar de Skeeter

En términos de la historia de Skeeter, Criadas y señoras es una novela de formación. Skeeter es audaz, valiente y no acepta los mitos de que los negros son sucios y tienen enfermedades que son veneno para los blancos. Su relación temprana con Constantine hace de dichas ideas completamente ridículas en su opinión. Su deseo de ayudar a las criadas a darles voz a sus experiencias también tiene como impulso un deseo de contrarrestar mitos dañinos utilizados para justificar la segregación forzada, el tratamiento desigual y otros abusos.

Pero cuando Skeeter empieza a escuchar las historias de las criadas, se da cuenta de lo poco que realmente sabe. Cuando Aibileen lee su historia en voz alta, Skeeter piensa, "Había supuesto que sus historias iban a ser inocentes e insulsas. Me doy cuenta de que estoy consiguiendo mucho más de lo que esperaba" (12.100). Aunque definitivamente hay amor y amistad en las historias, también hay violaciones, abusos y humillación.

Mientras más Skeeter escucha de las criadas, más consciente se vuelve de las fuerzas legales, políticas y sociales que permiten que dichos abusos persistan. El verdadero crecimiento de Skeeter probablemente ocurrirá después de que la novela termina, cuando se mude a Nueva York. Ahí se expondrá a una gran gama de nuevas ideas y perspectivas que la ayudarán a comprender el Jackson, Mississippi, de su infancia. La educación que reciba de su experiencia trabajando con Criadas y señoras debe de ser una buena base.

La vida amorosa de Skeeter

La madre de Skeeter, Charlotte, y la mayoría de los amigos de Skeeter demuestran su valor encontrando un hombre, casándose y teniendo bebés –y haciéndolo temprano. Skeeter no está en contra de ello; probablemente se hubiera casado si alguien que le gustara se lo hubiera pedido. Pero por desgracia su apariencia inusual no parece atraer a muchos hombres. Su madre teme que Skeeter tenga "pensamientos 'contra natura' […] con muchachas o […] mujeres" (6.66) y le da una "infusión contra el lesbianismo" (12.40) para asistirla si así es el caso.

Aunque a Skeeter le gustan los hombres, lo que más le interesa es hacer carrera como escritora. Por un tiempo, ella piensa que podría ser capaz de tener las dos cosas junto a Stuart Whitworth, el hijo de un senador. Su relación es apasionada y romántica en algunos momentos, pero nosotros pensamos que Skeeter puede aspirar a algo mejor. (Incluso su madre está de acuerdo). Al final, Stuart retracta su promesa de matrimonio cuando Skeeter revela que el libro que está escribiendo no trata, como había dicho, sobre la vida de Jesucristo, sino de las vidas de las criadas negras de Jackson. El tipo simplemente no puede con la verdad. Esperamos que Skeeter encuentre mucho más amor en Nueva York.

Skeeter y Kathryn Stockett

Skeeter parece tener bastantes cosas en común con su autora, entre ellas, haber nacido y haberse criado en Jackson, Mississippi. Stockett dice esto sobre escribir a Skeeter:

Skeeter fue la más difícil de escribir porque constantemente atravesaba esa línea que me enseñaban a nunca cruzar. Al crecer, había una regla estricta y firme de que no se discutían los asuntos de color. Uno cambiaba el tema si alguien lo planteaba, y uno cambiaba el canal cuando aparecía en la televisión. Eso dicho, creo que disfruté escribir las memorias de Skeeter sobre Constantine más que cualquier otra parte del libro. (fuente)

Skeeter vive a principios de 1960 y tiene alrededor de veinte años cuando escribe Criadas y señoras en colaboración con Aibileen, Minny y las otras mujeres negras que coinciden en compartir sus historias. Stockett creció en la década de 1970 y rememora la experiencia de sus treinta. A diferencia de Skeeter (parece), Stockett escribe durante una época donde es mucho más aceptable escribir sobre injusticia basada en la raza.

Pero aun con esas diferencias entre las mujeres, puedes estar seguro de que Stockett se ha metido en bastantes apuros por escribir sobre este tipo de tema, incluso hoy en día. Por ejemplo, ciertamente hay ciudadanos de Jackson que no tienen buena opinión del modo en que Stockett representó su pueblo. También hay críticos y lectores que creen que Stockett cruzó una línea escribiendo personajes negros desde el punto de vista de la primera persona.

También al igual que Skeeter, Stockett está inspirada por la memoria de la mujer negra que la cuidó de niña. Como lo discutimos en "En pocas palabras", la criada de la infancia de Stockett murió cuando la autora tenía dieciséis años. La de Skeeter, Constantine muere cuando Skeeter está en la universidad, pero Skeeter no se da cuenta de ello hasta casi el final del libro. Aclarar el misterio de lo que le ocurrió a Constantine es la motivación subyacente desde el principio por la cual entrevista a las colegas de Constantine. Y esa historia, ya que involucra detalles privados sobre la madre de Skeeter, no llega a publicarse en el libro ficticio Criadas y señoras, pero sí lo vemos en el libro real Criadas y señoras. Nosotros los lectores contamos con la confianza de formas en que los lectores del libro dentro de la novela no cuentan con ella. ¿Eso no te hace sentir bien?

Igual que Skeeter al final de la novela, Stockett dejó Jackson para partir hacia Nueva York para trabajar en la industria editorial. Esto sugiere que aunque Stockett no haya hecho nada tan osado como publicar una exposición a los veinte años, estaba insatisfecha con su comunidad y no sentía que pertenecía a ella. Simplemente le tomó mucho rato asimilar su insatisfacción y convertirla en un libro.